Miel: tipos, beneficios y propiedades para la salud

La miel está compuesta por antioxidantes, minerales y vitaminas. El índice glucémico de la miel es de 87 por cada 100 gramos, frente a los 100 que tiene el azúcar blanco que solo aporta calorías. También contiene fructosa, algo de lo que el azúcar carece.

Podemos decir es un sustituto perfecto para eliminar el azúcar de nuestra vida regular y cotidiana. Es un aliado para perder peso. Sin embargo, no hay que tomar más de dos cucharadas al día. La miel es mucho más dulce que el azúcar y necesitaras poca para alcanzar el mismo sabor que con el azúcar. Por lo tanto, la cantidad de azúcar que tomas es menor y con ello, menos calorías.

La diferencia entre el azúcar y este compuesto orgánico no es tan grande, siendo de 400 y 320 calorías por cada 100 gramos respectivamente. La  composición de la miel es variada, si bien su principal componente está dado por la presencia de hidratos de carbono o carbohidratos en forma de monosacáridos como la fructosa y la glucosa. También se encuentran presente los disacáridos entre los que hay: maltosa, isomaltosa, sucrosa, maltulosa. Su sabor característico es dulce y su coloración amarillenta clara. Las propiedades nutricionales están dadas por el aporte de micronutrientes como vitaminas entre las que tiene: vitamina C, en concentración de 24 miligramos por cada 100 gramos. Además aporta unas 300 calorías por cada 100 gramos, sin grasas, 0,3 gramos de proteínas, 70 gramos de carbohidratos y sin aporte de fibras.

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Tipos de miel

Miel de azahar: de color ámbar claro, perfumada y suave al paladar. Procedente del polen de limoneros, naranjas, mandarinas. Con efectos sedantes, ayudando a conciliar el sueño y teniendo función también antiespasmódica.

Miel de espliego: de color ámbar y sabor característico a lavanda. Poder bactericida y antiséptico. Indicada en uso externo para picaduras de insectos, quemaduras solares y heridas. Antidiarreico. Ayuda en la prevención de cuadros grupales, bronquitis y resfriados.

Miel de tilo: de color amarillo suave con un aroma fragante. Útil en la acidez, flatulencias, ulceras gástricas o duodenales. Contiene propiedades antibacterianas, siendo además útiles en las bronquitis, gripe y resfriados. Útil en cuadros de ansiedad e insomnio.

Miel de romero: de color ámbar muy claro. Aromática y dulce. Estimulante hepático que favorece la descongestión del hígado. Indicada para las ulceras de estómago y dismenorrea. No recomendada a hipertensos.

Miel de eucalipto: de color ocre. Muy aromático con un sabor característico a madera. Antiséptico de las vías respiratorias y urinarias, de efectos balsámicos y vermífugos. Indicada contra catarros y afecciones del árbol respiratorio.

Miel de trébol: procedente de la flor de trébol. De color amarillo suave. Es energizante. Muy útil para cansancio o fatiga, en personas mayores y en épocas de exámenes y recuperación post operatoria.

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Miel de tomillo: de color ámbar muy claro. Aromática y dulce. Estimulante hepático que favorece la descongestión del hígado. Está indicada para las ulceras de estómago y dismenorrea. No recomendada a hipertensos.

Miel de alfalfa: procedente de las flores de alfalfa. De color ambarino blanco, de buen sabor y propiedades similares a la miel de trébol.