La oreja y sus cuidados

Prestarle atención al cuidado de nuestro cuerpo es una de las partes más importantes que tiene que respetar una persona. Por distintas cuestiones, muchas veces ignorábamos el hecho de llevar a cabo tratamientos y darle la atención necesaria a nuestro cuerpo, a único que tenemos y vamos a tener.

En la actualidad existen una amplia variedad de productos y tratamientos que nos ayudan a cuidar nuestra piel, pero también debemos recordar que si no ponemos de nuestra parte podemos estar expuestos a una gran cantidad de problemas.

En esta oportunidad vamos a contar una historia, la historia de Hernán quien era un joven de apenas 23 años de edad. Éste era un chico muy normal, se concentraba en sus cosas y no le preocupaba mucho el que dirán, ni tampoco el cuidado personal de su cuerpo. Había terminado sus estudios y era una persona que estaba centrada únicamente en reunir dinero para su futuro y planes. Hernán siempre optaba por cuidar su dinero y evitar cualquier gasto que tenga que ver con él mismo.

De repente, un día Hernán comenzó a notar que algo en su oreja no estaba bien. Sentía picazón con mucha frecuencia. El jamás se imaginó que el descuido podrían desencadenar en otros problemas más adelante.

Con el paso del tiempo, este chico fue notando que cada vez más sus molestias en la parte de la ojera incrementaban.  Se observó a sí mismo con un espejo y, para su sorpresa, tenía un hongo muy grande encima de su oreja. Optó por dirigirse a un dermatólogo. Al llegar, un especialista pudo atenderlo y quedó sorprendido de aquel problema que estaba presentando este joven.

Era como si una plaga lo hubiese atacado. Tal era el descuido de este chico que la infección había tomado por completo su oreja y todo estaba lleno de puntos negros. Al observar la zona con bastante detalle, el médico se dio cuenta de que habían algunas infecciones que debían ser tratadas con inmediatez, así que no tardó en aplicarle algunos antibióticos y proceder a retirar algunos bultos que se habían formado por la misma grasa sebácea que se había desarrollado en la zona durante mucho tiempo. El descuido del joven le jugo una muy mala pasada.